sábado, 28 de junio de 2008

¿Cuándo va a llegar la paz a Colombia?

El 5 de mayo de 1966 se crearon las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en la selva colombiana, una de las tantas guerrillas marxistas-leninistas que, en plena Guerra Fría, buscaban una revolución comunista a través de la vía armada. 44 años después aún persisten, ya desgastadas y disminuidas numéricamente, pero con una presencia tal que las ha vuelto a poner en la agenda americana de los últimos meses. Liberaciones, muertes, conflictos internacionales, la situación de las FARCs hoy es sumamente compleja.

Rehenes de la violencia

Según un informe de Amnistía Internacional, el año pasado las FARCs asesinaron a más de 210 personas y secuestraron aproximadamente a 150. Por otro lado, las fuerzas de seguridad colombianas mataron a otros 280 individuos extrajudicialmente (el famoso “muertos por combate”) y hubo 230 homicidios de grupos paramilitares, algunos relacionados con el narcotráfico y otros con cierta conexión con las propias fuerzas de seguridad. En total, llegamos a la escalofriante cifra de 720 cadáveres producidos por un conflicto que pareciera no tener un final muy próximo.

Las FARCs, como toda guerrilla, trabajan a partir de la lucha armada, la toma de rehenes, los atentados, etc. Pero al mismo tiempo, siempre han dejado un margen para negociar sus proyectos con los gobiernos colombianos y de hecho ha habido presidentes con los que mantuvieron algunos diálogos.

Sin embargo, hace 6 años que el mando del país es ostentado por Álvaro Uribe, un hombre que en ningún momento mostró el menor interés por escucharlos, al contrario. Muy cercano al gobierno de George Bush, Uribe señaló en una entrevista que le hizo The Washington Times antes de ganar su primera elección que “es importante que los Estados Unidos nos ayuden con interdicción aérea para que Colombia no continúe siendo una víctima de aviones que salen con coca y regresan con armas”, a la vez que indicó que “para una Colombia sin guerrilla y sin grupos de autodefensa ilegales, es necesario fortalecer la fuerza pública incrementando el número de soldados profesionales y policías para abastecerlos mejor con vehículos e inteligencia, para introducir formas legales que faciliten la lucha contra el terrorismo.” Bajo estos conceptos, quedó establecida una coyuntura beligerante que empeoró las condiciones.

Fin de año movido

No obstante, a fines del año pasado apareció en escena la figura del presidente venezolano Hugo Chávez que, cercano ideológicamente a la guerrilla, estableció lazos amigables con ella e inició negociaciones para la liberación de cuatro rehenes: Ingrid Betancourt (ex candidata a presidente), Consuelo González, Clara Rojas y su hijo Emmanuel.

Así fue como el 27 de diciembre una comisión diplomática internacional se ofreció de garante para que todo saliera bien, pero la operación se frustró por dos acciones del gobierno colombiano: por un lado la realización de operaciones militares en la zona de liberación y, por el otro, las declaraciones de Uribe señalando que el niño Emmanuel ya no estaba en cautiverio. Más allá de la desazón momentánea, se pudo comprobar que efectivamente el chico no estaba con las FARCs y, además, el 10 de enero siguiente fueron entregadas finalmente dos de las tres secuestradas que quedaban: Clara Rojas y Consuelo González.




Lo malo es que Betancourt aún sigue en la selva, y muchos temen por su vida. Pero 2008 todavía depararía otros hechos claves: las muertes de dos grandes figuras de la guerrilla. La más importante fue la de su líder histórico “Manuel Marulanda Vélez”, quien el 26 de marzo tuvo un ataque al corazón. Tras su deceso, “Alfonso Cano” fue nombrado como nueva cabeza de la organización. Pero unos días antes el portavoz de las FARCs, Raúl Reyes, había sido abatido en un ataque del ejército colombiano en territorio ecuatoriano que no sólo acabó con uno de los máximos referentes, sino que también desató un grave problema internacional.

De los “nostálgicos del comunismo” al “ejército disfrazado de paramilitares”

El asesinato de Reyes se produjo el 1º de marzo cuando el ejército colombiano atacó un campamento guerrillero ubicado en Ecuador, sin antes haberle avisado nada al gobierno de ese país. El presidente ecuatoriano Rafael Correa se mostró muy enojado por la intromisión, sostuvo que fue “una agresión a nuestro territorio y a nuestra patria” y arremetió contra Uribe diciendo “o estuvo mal informado o descaradamente le mintió al presidente de Ecuador.” Rápidamente se convocó a la reunión anual del Grupo de Río en Santo Domingo y allí ambos mandatarios se cruzaron acusaciones muy duras.




Desde el 3 de marzo las relaciones diplomáticas entre Ecuador y Colombia están suspendidas y la semana pasada Correa afirmó que no las volverán a reanudar “hasta tener un gobierno serio con quien tratar, verdaderamente con voluntad de paz”. Al mismo tiempo, las relaciones entre Colombia y Venezuela también quedaron un tanto ásperas, aunque el 11 de julio próximo habrá una reunión de acercamiento.

Más chicanas diplomáticas

Por último, también hace unos días hubo otro duro cruce bilateral, en este caso con Nicaragua. Es que tras el ataque en Ecuador, tres mujeres presuntamente terroristas están alojadas en el país centroamericano y el gobierno colombiano acusó al gobierno sandinista de apoyar el terrorismo. El presidente Daniel Ortega respondió duramente diciendo: “Le he advertido y le continuaré advirtiendo al presidente Uribe que no mande a sus matones a Nicaragua a asesinar a las muchachas, porque ellos lo hacen tranquilamente (y) después dicen que fueron paramilitares, que no son más que el mismo ejército disfrazado de paramilitares”.

Idas y venidas. Acusaciones, negociaciones, tires y aflojes. Guerrilleros y militares. Y Colombia como el centro de la escena. Un país americano salpicado por la sangre. Un pueblo que aún espera, desesperado, que llegue la paz.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un tema muy delicado pero que debe solucionarse de una buena vez. Igual, no tenemos que olvidarnos que Ingrid Betancourt no es la única secuestrada. Esperemos que este problema se solucione pronto.

Que Uribe gobierne para Colombia, no para Bush.

Excelente posteo chicos!!!!

Monica Zub Centeno dijo...

gracias patito por el aguante!! sos una de las pocas que visita nuestro blog...

gracias